Las fisuras anales son pequeñas heridas o grietas que se forman en el revestimiento del ano. Pueden ser causadas por una serie de factores, entre los que se encuentran el estreñimiento crónico, la diarrea crónica, enfermedades inflamatorias del intestino como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, prácticas sexuales o enfermedades de transmisión sexual, y en mujeres durante el embarazo, parto o postparto.
El tratamiento de las fisuras anales puede ser conservador o invasivo. En el caso del tratamiento conservador, se utilizan medidas como suplementos de fibra dietética, laxantes reblandecedores, baños de asiento calientes, pomada de anestésico local y/o hidrocortisona, y analgésicos por vía general. Estas medidas suelen producir mejoría sintomática en la primera semana y curar completamente las fisuras entre 2 y 4 semanas. Sin embargo, no todos los pacientes responden a este tratamiento.
En casos en los que el tratamiento conservador no funciona o las fisuras son crónicas, se recurre a tratamientos invasivos. Uno de los tratamientos invasivos es la dilatación anal, que consiste en ensanchar el canal anal para reducir la presión y promover la cicatrización de las fisuras. Otros tratamientos invasivos incluyen el uso de donadores de óxido nítrico y nifedipino, que ayudan a reducir los espasmos musculares y la secreción glandular en el área afectada.
Causas de las Fisuras Anales
Las causas de las fisuras anales están vinculadas a diversos factores de riesgo. Entre ellos, se ha encontrado que ciertos alimentos, como el pan blanco, las salsas espesadas con roux, el bacon y las salchichas pueden aumentar el riesgo de sufrir de fisuras anales. El consumo excesivo de estos alimentos, en combinación con otros factores como el estreñimiento, puede incrementar la probabilidad de padecer esta afección. También se ha vinculado el estrés psicológico con un aumento de la presión del canal anal, aunque no se considera la principal causa del problema.
En cuanto al tratamiento, se ha demostrado que los suplementos dietéticos de fibra pueden acelerar el proceso de curación de las fisuras anales agudas y reducir la posibilidad de recidiva. Otro método para tratar esta afección es la dilatación anal y la esfinterotomía, que ayudarían a disminuir la presión anal y favorecerían la cicatrización de las fisuras. Sin embargo, antes de recomendar su uso amplio, se debe solucionar algunos problemas metodológicos relacionados con las pomadas y los sistemas de liberación estándar.