La idea de emigrar a Europa enciende la imaginación con imágenes de paisajes pintorescos, historia rica y oportunidades modernas. Pero, ¿qué pasa si no posees una ciudadanía de algún país del viejo continente? La buena noticia es que, a pesar de parecer un obstáculo formidable, existen varias opciones legales para poder vivir y trabajar en países como España, abriéndote las puertas a toda Europa incluso sin ser ciudadano de la Unión Europea.
Una de las rutas más conocidas es la visa no lucrativa, un pase especial que se otorga al comprobar que dispones de medios económicos suficientes para sostenerte en España sin necesidad de trabajar. Las autoridades se basan en el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), y podrían requerir un mínimo aproximado de 30,000 euros en tu cuenta bancaria. Aunque esta visa prohíbe ejercer un empleo en territorio español, sí te permite vivir legalmente y, eventualmente, optar por la ciudadanía tras dos años de residencia continuada.
Pero si tus planes incluyen combinar estudios con trabajo, entonces la visa de estudiante podría ser lo que necesitas. Estudia en una universidad o centro de formación y trabaja hasta 20 horas a la semana, o incluso a tiempo completo si tu curso es menor a tres meses. Este camino no solo te permite auto-financiar tu estadía, sino que abre la posibilidad de cambiar tu visa de estudiante por una de trabajo una vez termines tus estudios.
Claro está, la oferta de visas y permisos no termina ahí. España posee un abanico de alternativas de residencia que se ajustan a distintos perfiles, desde inversionistas hasta trabajadores altamente cualificados. Y si tienes la fortuna de ser contratado por una empresa internacional, puede que te encuentres en la posición de optar por una visa de trabajo que te permita vivir en Europa con todas las de la ley sin necesidad de una ciudadanía previa.
Destinos en Europa Abiertos a No Ciudadanos
Los países europeos se han dado cuenta del enriquecimiento que supone la diversidad y han abierto sus puertas a personas de diferentes latitudes a través de variadas opciones para no ciudadanos. Aunque cada destino tendrá sus peculiaridades, algunos, como España, destacan por su flexibilidad e inclusión.
- España: Aparte de las ya mencionadas visas no lucrativas y de estudiante, España ofrece la visa «working holiday» enfocada en jóvenes con ganas de trabajar y conocer el país. También está la opción de la visa para trabajadores y emprendedores, ajustándose a perfiles laborales y de negocio variados siempre que se demuestren los medios económicos para sostener dicha empresa o empleo.
- Unión Europea: Mirando más allá, países como Italia, Francia, Alemania y Portugal tienen sus propios esquemas para acoger a estudiantes, trabajadores y jubilados. Incluso aquellos con recursos para realizar inversiones encontrarán posibilidades para abrirse camino hacia la residencia y, eventualmente, la ciudadanía.
Es fundamental revisar los requerimientos y prepararse para presentar documentos como certificados de antecedentes penales, demostraciones de solvencia económica y certificados médicos, inter alia. Cada país europeo ajusta su burocracia a sus propios requerimientos, por lo que un minucioso trabajo de investigación previo es esencial para un viaje exitoso.
Requisitos Generales para la Aventura Europea
¿Te preguntas por los pasos a seguir para tu odisea europea? Te adelantamos que se necesitará paciencia y diligencia. Comenzarás manifestando tu interés de emigración en la página oficial del Servicio de Extranjería y Fronteras (SEF) del país al que aspiras mudarte, completando formularios y adjuntando la documentación requerida.
Cada nación tiene su temario, pero por lo general, deberás contar con un pasaporte válido, estar inscrito personalmente en los registros pertinentes y esperar a que se procese tu solicitud, lo que puede llevar su tiempo. En caso de aprobación, te aguardará una cita presencial donde demostrarás, entre otros documentos, que no posees antecedentes penales graves.
Para el caso de Portugal, por ejemplo, llevarás a la cita pruebas de alojamiento, un Número de Identificación Fiscal (NIF), comprobantes de medio de subsistencia e inscripción en la seguridad social (NISS). Cada detalle cuenta; omitir uno podría hacer tambalear tu solicitud. Y no olvides: Las condiciones pueden variar de un país a otro en los planes de emigración.
Residiendo en España: Visas y Permisos
España, en particular, es un crisol de culturas y no es la excepción a la hora de ofrecer variedad en cuanto a residencia se refiere. Si tu sueño es la vida ibérica, aquí te presentamos un catálogo de opciones:
- Visa de residencia para trabajo por cuenta ajena: Busca empleo en áreas de alta demanda laboral para aumentar tus posibilidades. Tendrás que aterrizar con un contrato en mano, pero vale la pena por la posibilidad de vivir y trabajar legalmente en la tierra del flamenco y la paella.
- Visa de residencia por cuenta propia: Si te ves como tu propio jefe bajo el sol español, necesitarás un proyecto innovador y valioso para una comunidad, especialmente si esta es de las menos afortunadas económicamente. Con talento y un buen plan, tu estatus de emprendedor podría concederte residencia temporal y futura.
- Visa «working holiday»: Se ofrece especialmente a los jóvenes deseosos de mezclar trabajo y turismo, los cuales podrán disfrutar de trabajos en turismo, hotelería o incluso, telecomunicaciones, siendo requisito tener entre 18 y 35 años, fondos suficientes y un pasaporte vigente.
Adentrarse en el suelo español requerirá de hacerte con un NIE (Número de Identificación de Extranjero), vital para animar tu vida en el país. Sin una visa adecuada, no podrás quedarte más de 90 días como turista. Por ello, iniciar los procedimientos para una estadía prolongada es crucial.
Diversidad de Procesos Migratorios en Europa
Europa no es un monolito; cada nación perfila su propio itinerario migratorio. Algunas, como Portugal, arrancan con una «Manifestación de Interés», mientras que otras como Alemania centran su proceso en la oferta laboral. España, por su parte, ofrece caminos variados según si provienes de la UE o no, y Francia, en medio de su romanticismo, no deja de ser sistemática al tratar la migración. Sea cual sea el destino, es indispensable adentrarse en los detalles burocráticos de cada país.
Inversión como Puente hacia la Ciudadanía Europea
No todos los caminos hacia Europa requieren de empleo o estudio. La inversión también despliega un tapete rojo hacia la ciudadanía en lugares como Portugal y Malta, dentro de los esquemas de «Manifestación de Interés» y «Programa de Ciudadanía por Inversión», respectivamente. Chipre y Austria también se suman a la lista, aunque cada uno con sus particularidades. Si buscas rapidez y cuentas con los recursos, esta vía podría ser la ruta dorada hacia tus sueños europeos.
Desafíos al Emigrar a Europa sin Pasaporte de la UE
Convertir Europa en tu hogar no está exento de obstáculos, sobre todo si careces de pasaporte europeo. La xenofobia y el rechazo pueden hacer mella, y fenómenos recientes como el Brexit y la pandemia han complicado el tejido de solidaridad entre las naciones. A ello se suma la erosión de la seguridad y las restricciones en la libre circulación, que podrían imponer barreras adicionales en tu camino.
Nacionalidades a tu Alcance
Si buscas las nacionalidades más accesibles, tendrás opciones como Portugal, que ofrece un proceso relativamente sencillo, o la visa de estudio que te abre las puertas para formarte en el extranjero. El programa de «working holiday» es un favorito entre los jóvenes, mientras que aquellos con un perfil más enfocado en IT o transporte podrían encontrar en las visas de trabajo su boleto de entrada a la vida europea.
Rutas Alternativas para conseguir Ciudadanía Europea
¿Deseas más caminos hacia la ciudadanía? La residencia no lucrativa o el programa de emprendedores en España, así como la inversión en propiedades, son alternativas llamativas para alcanzar tus metas. Cada opción tiene un conjunto de requisitos que, de cumplirse con celo y precisión, te permitirán alcanzar tu sueño europeo.
Prepárate para tu Viaje hacia la Ciudadanía Europea
Finalmente, para iniciar tu periplo, necesitarás cumplir metodológicamente con cada uno de los requerimientos que los países de destino exigen. Selecciona la vía que te favorezca, ajusta tus documentos y ten paciencia y perseverancia. No decaigas con los tiempos de espera ni las posibles complicaciones; mantenerse informado y actuar con prudencia será la clave del éxito en tu aventura hacia emigrar a Europa sin ciudadanía.