La naturaleza nos brinda un espectáculo impresionante con la migración de las cigüeñas, aves que realizan un viaje oportuno a través de continentes, guiadas por la inminente necesidad de supervivencia y la perpetuación de la especie. Este trayecto anual despierta interés y asombro, suscitando la pregunta: ¿cuándo y por qué migran estas elegantes aves?
Al llegar el verano, las condiciones climáticas desfavorables en sus zonas de cría presagian un futuro incierto para los polluelos de las cigüeñas. El alimento se vuelve un recurso precioso y escaso, incitando a estos animales a embarcarse en una odisea hacia lugares más fructíferos. Es una búsqueda instintiva de entornos que ofrezcan los recursos necesarios para la sobrevivencia de sus crías.
La cigüeña blanca, por ejemplo, emprende un éxodo rumbo al oeste de África subsahariana, recorriendo aproximadamente 3,000 kilómetros en un mes. Destinos como Senegal, Malí y Mauritania se convierten en sus refugios temporales. Luego, a principios de febrero, retornan a la península Ibérica, nidal al que partieron para recibir la primavera. Es el ciclo perfecto de partida y retorno.
Principalmente, la migración se debe a la merma de alimentos en los sitios de crianza durante el verano. En cambio, los destinos migratorios ofrecen abundancia en otoño e invierno, permitiendo a las cigüeñas subsistir y prepararse para la siguiente temporada reproductiva. La naturaleza ha dotado a estas aves de una conducta migratoria que garantiza la supervivencia de su linaje.
¿Por qué migran las cigüeñas?
Las cigüeñas emigran en respuesta a la insuficiencia alimentaria que afrontan durante el invierno en sus sitios natales. Tradicionalmente, sus trayectos migratorios las conducían a cruzar el estrecho de Gibraltar y el desolado Sahara en arduos viajes hacia tierras más al sur. Sin embargo, el comportamiento migratorio de las cigüeñas ha sufrido cambios significativos en las últimas décadas.
El aumento de vertederos y basurales ha generado un nuevo patrón en las rutas migratorias de las cigüeñas. Con estos suministros de comida invernales, muchas han optado por permanecer en su lugar de origen, evitando los riesgos y desafíos que implicaba la migración. La supervivencia de las cigüeñas adultas ha encontrado un aparente alivio gracias a estos recursos inesperados.
No obstante, este cambio trae consigo consecuencias negativas. Las cigüeñas residentes comienzan a reproducirse antes y tienen más crías, pero les proporcionan alimentación inadecuada proveniente de los basurales, lo que incrementa la mortalidad de los polluelos. Además, es vital considerar el rol ecológico que desempeñan las cigüeñas migratorias tanto en el control de plagas como en la dinámica de enfermedades, siendo su disminución potencialmente perjudicial para los ecosistemas. Conviene, por tanto, promover soluciones sostenibles para su preservación.
¿Dónde pasan el invierno las cigüeñas?
Es notable el cambio de tradición migratoria observado en las cigüeñas, ahora con una clara preferencia por asentar su invernada en España. Los vertederos y los arrozales han desempeñado un papel clave en esta decisión, proveyendo alimento durante la temporada fría. De hecho, un considerable 80% de las cigüeñas adultas ha modificado sus rutas, escogiendo España en vez de volar hasta el Sahel africano.
Estas aves se posan en parajes como los encharcados o bosques galería próximos a ríos, optimizando así su acceso a alimentos. No es raro verlas en edificaciones de gran altura en las ciudades, incluyendo catedrales. Los últimos años han visto un incremento en esta práctica de invernada en la Península Ibérica, con cifras que alcanzan los 5,000 ejemplares en Andalucía Occidental.
A diferencia de los adultos, las aves jóvenes aún emprenden el viaje hacia el Sahel, siendo finalmente seducidas por las ventajas de una migración menos riesgosa y por la oferta de alimento en España.
¿Cómo migran las cigüeñas?
Las cigüeñas, actualmente, han modificado sus patrones migratorios cortando distancias a causa del cambio climático y las intervenciones humanas. La mayoría de las cigüeñas adultas de España y Centroeuropa han establecido su invernada nacional, obviando la antigua necesidad de llegar hasta el Sahel africano gracias a la proximidad de los vertederos.
Las condiciones meteorológicas y el cambio climático influyen en las rutas migratorias. Durante su viaje, las cigüeñas se valen de corrientes térmicas y vientos aliados para facilitar su desplazamiento. Se desplazan en formaciones en V, optimizando la energía y minimizando la resistencia del aire.
En su travesía migratoria, estas aves realizan paradas estratégicas en áreas protegidas como humedales o campos agrícolas para recuperarse. Estos descansos son cruciales para continuar con su épico viaje.
¿Cuándo empiezan a volar las cigüeñas?
El vuelo de las cigüeñas comienza al liquidar sus quehaceres reproductivos, con el avance del verano, específicamente en julio y agosto. En este período, las cigüeñas se despiden de sus áreas de cría y se dirigen al continente africano.
Factores que influyen en el comportamiento migratorio de las cigüeñas
El comportamiento migratorio de las cigüeñas se ve influenciado por la disponibilidad de recursos y las condiciones climáticas. Acuciadas por la escasez y el inhóspito clima invernal español, muchas se lanzan a África. Aquellas que encuentran alimento suficiente y refugio en España tienen una mayor tasa de supervivencia, libradas de las dificultades del viaje.
Momentos de vuelo de las cigüeñas según su comportamiento migratorio
Dependiendo de su conducta migratoria, las cigüeñas tienen distintos momentos para emprender el vuelo. Las cigüeñas migratorias parten a África tras la reproducción, mientras aquellas que no migran permanecen en España. Algunas retornan a España después de su primer invierno africano, mientras que otras tardan más, reafirmando la variabilidad en el momento migratorio influenciado por la disponibilidad de alimentos.
¿Hasta dónde llegan las cigüeñas?
El cambio climático y la acción humana han inducido a las cigüeñas a acortar sus rutas migratorias. Históricamente, las cigüeñas europeas volaban hacia el Sahel, pero en la actualidad, prefieren quedarse en España en invierno gracias a los vertederos que ofrecen alimento sin la necesidad de un largo viaje migratorio.
Aunque las cigüeñas jóvenes aún atraviesan el Sahel, aprenden con el tiempo que no es necesario. Así, las cigüeñas han reducido la longitud de sus viajes, estableciéndose en lugares más cercanos.
¿Cuántos kilómetros recorren las cigüeñas durante la migración?
Las cigüeñas pueden migrar hasta 10,000 kilómetros desde Alemania hasta el sur de África, un trayecto que asegura su supervivencia ante las adversidades climáticas. No obstante, otras aves, como el Charrán Ártico o el Correlimos Pectoral, han alcanzado distancias mayúsculas de 20,000 y 16,000 kilómetros respectivamente.
Al encontrarse con cambios en las rutas migratorias por el clima y las alteraciones humanas, muchas cigüeñas han optado por invernar en España, encontrando en los vertederos y basureros una solución más eficiente para subsistir.
¿Cuánto tiempo dura la migración de las cigüeñas?
La migración de las cigüeñas es un evento clave en su ciclo de vida. Aunque antes emigraban hacia el Sahel al terminar el verano, hoy en día el 80% de las aves adultas en España y Centroeuropa deciden quedarse gracias a la aparición de vertederos que les ofrecen alimento, evidenciando un notorio cambio en su comportamiento migratorio.
El tiempo que las cigüeñas invierten en migrar varía, pero comúnmente se extiende por un mes, en un periplo que abarca miles de kilómetros. Ahora con la reducción en sus rutas migratorias, tiempo de viaje y estancia es posible que haya disminuido, mostrando adaptabilidad ante nuevos retos y oportunidades.