La diáspora mexicana representa un fenómeno global significativo, con un total estimado de aproximadamente 13.0 millones de personas migrantes en 2017, convirtiéndola en una de las más extensas en el ámbito mundial. Un dato excepcional es que, de esta vasta comunidad, la cifra de mexicanos residiendo en Estados Unidos alcanza los 11.6 millones. Los movimientos migratorios no solo han visto el cruce de fronteras por hombres en búsqueda de trabajo, sino que la participación femenina ha escalado, subiendo de un 46.5% a un 48.1% entre 2010 y 2017. No obstante, pese a que la presencia masculina ha disminuido levemente, de un 53.5% a un 51.9% en el mismo periodo, siguen siendo mayoría. Cabe señalar que la diversidad en la distribución de géneros puede variar enormemente dependiendo del destino seleccionado.
Por otro lado, si hablamos de contribuciones tangibles a la economía, en 2022 se batió un récord en el ámbito de las remesas a México, superando los 58,000 millones de dólares, de acuerdo con las cifras del Banco de México. Estos flujos monetarios son una pieza angular para numerosas familias mexicanas, y por extensión, impulsan el desarrollo económico de la nación.
La migración en México es un reflejo de contextos variados y cambiantes que abarcan desde hombres jóvenes y solteros hasta grupos heterogéneos que incluyen mujeres, niños, adolescentes, personas indígenas, comunidades LGBTQ+, y otros colectivos vulnerables, todos persiguiendo horizontes de progreso. Estos cambios enfatizan que la motivación migratoria transciende lo económico, abarcando también aspectos sociales y de género.
La política migratoria estadounidense ejerce un papel preponderante en la situación migratoria mexicana. Casos como la controversial imposición del Título 42 durante la pandemia de COVID-19 han marcado la pauta, influenciando profundamente a la región. A pesar de los esfuerzos del presidente Joe Biden por anular esta disposición, se ha topado con obstáculos legales, ilustrando cómo la migración mexicana no solo está moldeada por factores internos, sino también por decisiones externas.
¿Qué es la emigración y por qué sucede?
La emigración es el fenómeno de abandonar un país de origen para residir en otro. No es un concepto moderno; de hecho, es una realidad humana que ha afectado a la sociedad internacional durante siglos. En el caso de México, la emigración ha sido una constante marcada en su historia reciente, siendo el suroeste del país una de las zonas más afectadas, donde la falta de oportunidades y la marginación social obligan a muchos a emprender este viaje.
Causas de la emigración en México
Las motivaciones detrás de la emigración mexicana son complejas y multifactoriales, si bien podemos enfocarnos en tres pilares predominantes: el insuficiente acceso a empleos dignos y bien pagados, una marcada desigualdad social, y una situación económica que dista de ser estable.
- El empleo, o la ausencia de este, emerge como uno de los factores más determinantes para la emigración. Es un desafío especialmente acuciante en el suroeste de México donde el desarrollo económico ha sido históricamente limitado.
- La desigualdad social incrementa la brecha entre ricos y pobres, generando un ambiente donde la búsqueda de oportunidades fuera de las fronteras nacionales se vuelve tentadora.
- Los retos derivados de la inestabilidad económica contribuyen también como un aliciente más para considerar la vida expatriada como una alternativa viable.
Haciendo eco de la tendencia global, México ha presenciado un aumento de la migración en tránsito irregular entre 2010 y 2017, con un gran contingente de migrantes de Centroamérica y de otras latitudes que atraviesan sus fronteras.
¿Dónde emigran más los mexicanos y por qué razones?
Los movimientos migratorios mexicanos están moldeados por diversas circunstancias. A día de hoy, Estados Unidos se posiciona como el destino más atractivo, siendo la primera opción para la mayoría de los mexicanos, debido a factores como la cercanía geográfica, la posibilidad de empleo y las conexiones familiares.
Canadá surge también como un destino en ascenso, particularmente para aquellos mexicanos con cualificaciones superiores. Su sistema de inmigración, menos restrictivo en comparación con Estados Unidos, se alza como un fuerte imán para este colectivo.
La diversificación de destinos se manifiesta en el creciente número de mexicanos que emigran a países europeos, un reflejo de las crisis económicas y políticas que incitan a muchos a reinventar sus vidas en otros continentes.
Las remesas ejercen una enorme influencia en la economía mexicana y en las decisiones de migración, como lo demuestra el imponente récord de más de 58 mil millones de dólares enviado en 2022. Las remesas no solo sostienen las economías domésticas sino que fomentan un efecto dominó de migraciones, donde el éxito en el extranjero incentiva a otros a seguir el mismo camino.
¿Qué estados en México tienen más migrantes?
Al profundizar en la geografía mexicana, ciertos estados sobresalen por sus cifras migratorias. Estados Unidos continua emergiendo como el principal destino para los migrantes, reflejando una conexión migratoria sumamente arraigada. Además, la coyuntura de solicitudes de refugio en México arroja luz sobre la situación de naciones como El Salvador, Honduras y Venezuela, cuyas realidades políticas y sociales difíciles empujan a sus ciudadanos a buscar resguardo y nuevas oportunidades en México.
Los datos de inmigración destacan a Estados Unidos, Venezuela y Guatemala como los principales emisores de individuos hacia México, mientras que la emigración de mexicanos se enfoca primordialmente hacia Estados Unidos, seguida de Canadá y España.
¿Dónde hay migrantes en México?
Las ciudades mexicanas con más migrantes tienden a ser aquellas con fuertes lazos económicos, culturales y familiares con Estados Unidos, siendo el caso notable de localidades como Ciudad de México, Tijuana, Ciudad Juárez y Monterrey. La migración hacia estas urbes se explica por su relevancia como centros de desarrollo económico y su atractivo como puentes a mejores oportunidades laborales y calidad de vida.
¿Qué estados tienen menos migrantes?
Los estados de México con menor presencia de migrantes, como San Luis Potosí, Baja California Sur y Durango, se caracterizan por no ser zonas fronterizas con los Estados Unidos, ni formar parte de las principales rutas de tránsito para migrantes centroamericanos.
- San Luis Potosí cuenta con una economía diversificada, que lejos de ser un punto de paso, se erige como un eje de actividades industriales y de servicios.
- La economía de Baja California Sur se centra principalmente en el turismo, lo que junto a su geografía desafiante, lo aleja del perfil típico de estado migratorio.
- Durango, con su riqueza natural y un enfoque en la producción agrícola, y una población relativamente baja, se distingue también por su baja incidencia migratoria.
Adicionalmente, estados como Zacatecas, Nayarit y Aguascalientes, sin ser zonas limítrofes, tienen tasas bajas de migración por su foco en la agricultura y ganadería, sectores menos atractivos para quienes buscan nuevos horizontes profesionales.
¿Cuáles son los retos de la inmigración para los estados mexicanos?
Los desafíos que plantea la inmigración para los estados mexicanos son amplios y abarcan desde el desarrollo de entornos laborales competitivos y el impulso a la infraestructura científica y tecnológica hasta el mejoramiento de las condiciones de vida para su población y, en particular, para aquellos que han retornado del extranjero y se enfrentan a la reintegración en el mercado laboral mexicano.
Un aspecto de preocupación lo representa la situación de mexicanos indocumentados en Estados Unidos, quienes ven mermados sus derechos fundamentales y están sujetos a limitaciones en su integración y acceso a oportunidades laborales y servicios básicos, con efectos particularmente adversos en menores de edad.
El envío de remesas es crítico, y tanto su gestión a través de la Condusef como las iniciativas de cooperación y cambio social —como el Programa 3×1—, constituyen herramientas vitales para canalizar positivamente estos recursos.
El empleo precario y la desigualdad también definen el contexto de la migración centroamericana y son elementos que deben ser confrontados con políticas integradoras y de desarrollo en zonas desfavorecidas, particularmente en el sureste mexicano.
¿Cómo ha cambiado la emigración en México a lo largo de los años?
La emigración en México ha evolucionado drásticamente en años recientes. La dinámica de géneros vivió un giro, con un mayor involucramiento de las mujeres, aunque los hombres continúan predominando en las estadísticas. La migración documentada de extranjeros hacia México presenta una tendencia al alza, reflejando una diversificación y aumento en la residencia por vínculos familiares y ofertas de trabajo.
La atracción de talento supone otro reto clave para el país, destacando la necesidad de optimizar la oferta de empleos de calidad y desarrollar sectores estratégicos, apostando por la educación y la ciencia para retener y atraer a mexicanos altamente calificados.
El impacto económico y social de la migración en México
La migración tiene un impacto palpable en la economía y la sociedad mexicana, extendiéndose desde las remesas hasta el fomento del desarrollo regional y la creación de condiciones más equitativas de vida, laborales y sociales.
La gestión de las remesas a través de instituciones como la Condusef permite que los migrantes mexicanos manejen mejor su dinero y maximicen el beneficio para sus familias. Esto a su vez repercute positivamente en las economías locales y el desarrollo social de las regiones más afectadas por la migración.
La diversificación de la migración de mexicanos con alto nivel de cualificación hacia destinos como Canadá y Europa representa un desafío para el gobierno mexicano, que debe fortalecer la capacidad del país para atraer y conservar a este capital humano crítico para su crecimiento a largo plazo.
Finalmente, zonas alejadas del desarrollo como el sureste mexicano requieren de políticas eficaces y medidas cautelares que promuevan el empleo digno y contrarresten las desigualdades estructurales que fomentan la emigración y debilitan la cohesión social. Instituciones como la Secretaría de Economía o la Secretaría de Bienestar juegan aquí un papel trascendental.